Caremis (Carlos Eduardo Misle) contaba que la famosa frase tenía que ver con la costumbre de los vendedores de frutas, en la Caracas antigua, de atravesar sus carretas tiradas por un burro en medio de las angostas callejuelas de La Pastora.
Quien tenía la mala fortuna de conducir por la vía obstaculizada en ese momento, debía esperar que el comerciante terminara su trabajo para poder pasar; entonces la gente le decía: “Te cayó frutero”.
Pues la rutina continúa en el siglo XXI, a pesar de que las vías son más amplias y se supone que existen normas que lo prohíben.
Ahora se instalan todo el día en una esquina o en un canal entero y el efecto que producen en el congestionamiento suele ser muy sutil, pero generalmente donde están ellos hay un embudo en el paso de vehículos, como ocurre en esta calle de la parroquia San Juan.
Este tipo de prácticas anárquicas son las que contribuyen a generar un caos en el tránsito.
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