Son las andanzas de
los hermanos Juan y Agustín Pérez las que le dan el nombre a esta esquina. Juan
y medio y Agustinillo, como eran conocidos en la Caracas de 1812, eran canarios
y realistas. El primero era el encargado de encender los faroles públicos en la
Plaza Mayor y sus alrededores, se contaba entre los personajes que intentaba
derrocar cualquier gobierno patriótico que tomara el poder.
Agustín,
por su parte, tenía fama de ser el rey de los guaraperos, se decía que
preparaba la mejor bebida de piña y papelón de la ciudad.
Su negocio, que se
encontraba en el ángulo suroeste de la esquina del mercado de la Plaza de
Armas, contaba con un sistema de despacho único. Había diseñado un aparato o
envase giratorio, con una llave hacia la calle y un cántaro colgante, que estaba
sujeto a una cadena. Agustín podía despachar a sus clientes sin abrir la
puerta, con tan sólo soltar la llave al momento de escuchar el sonido que hacía
el centavo al caer en una alcancía. Como aparentemente el jugo salía solo y
brotaba como un chorro, la esquina tomó ese nombre.
La viveza criolla trajo que
algunos amarraban un cordel a la moneda y al caer en el deposito, hacia el
sonido característico para que Agustin dispensara el Guarapo, alaban la moneda
por el guaral y la sacaban del recipiente.
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