sábado, 22 de abril de 2017

La Cervecería Donzella



El popularísimo negocio estaba ubicado nada menos que en toda la esquina de La Torre, frente a la plaza Bolívar, la Catedral y el hermoso edificio Washington, demolido, como tantas casas y cosas en Caracas.

 Por allí pasaba todo el mundo, ante un permanente chorro de cerveza y otro de cordialidad, respeto y buenas maneras que imponen la elegancia y el buen equilibrio de la cultura etílica.

Eran de alta categoría las tertulias, en éstas intimaban literatos, artistas, comerciantes, actores teatrales nacionales y de compañías extranjeras, toreros, deportistas, agentes viajeros, músicos de alcurnia en los pentagramas y también pimientosos "cañoneros" e integrantes de la nómada tribu de la llamada orquesta "vente tú..." (porque en la esquina de La Torre, quien iba a poner una fiestecita se acercaba al grupo y escogía así: "vente tú, vente tú...") En Strich primero y en Donzella después imperaba la más absoluta camaradería e igualdad, desde un canciller u otro alto personaje hasta el muy popular y jacarandoso "Muda e' Gallo".


Las cervezas eran servidas en grandes copas llamadas "pumpás", como era el nombre criollo de alto sombreros precisamente de copa o chistera, bautizado en Venezuela como "pumpá". La cerveza pequeña también tenía nombre de sombrero y así se les pedía a los fraternos mesoneros Mira, chico, traeme otra "camarita".

Después vinieron las "lisas". El origen de este nombre radica en la primera Guerra Mundial. Por la guerra empezaron a escasear los grandes tarros bautizados como "pumpás" y "camaritas". Como dejaron de venir de Alemania, Strich y Donzella tuvieron que poner en uso unos tarros lisos, sin cortes, sin adornos y sin las tapas de los tarros alemanes. Eran, simplemente, unos vasos, y quienes preferían el cristal más delgado y liviano de los nuevos empezaron a diferenciar al pedir sus néctares de cebada y lúpulo.

Mira lupero: dame una bien fría, como "jocico" de foca, en un vaso liso.
O pegándole "chapa" y grito a un veteranísimo:
íAh, "Cochino e' Monte": la mía en unos de esos bichos lisos...!

Y así, poco a poco, se fue imponiendo lo femenino en esa catira de alba melena que es la cerveza.

Viejo Soto, dame una lisa.

En criollo quedaba bautizado el sifonero vaso cervecero. Y también la "dosis" pequeña como "media lisa", que además valía medio real. Ha sido rotundamente recordada por el gran caraqueño de adopción Billo Frómeta en una de sus pimientosas y nostálgicas piezas. Al correr de los tiempos comenzaron a imponerse los botellones, las jarras, las medias jarras y los tercios.

La Cervecería Strich estuvo como expuse en la esquina de La Torre y luego de Torre a Madrices. Cuando Donzella le compró a quien ya era su compadre, se mudó frente a la plaza, en el local del edificio Washington, exactamente frente al sitio de la retreta, en años veinte. Cuando le pidieron dicho local se instaló cerquita: de Principal a Conde. Y en la Navidad de 1937 inauguró el gran local de Principal a Santa Capilla donde hoy funciona la prefectura establecimiento que mantuvieron los hijos Gustavo y John hasta 1952.

Fuente: Caracas en Restrospectiva


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