Desde hace muchos años en Caracas los hombres acostumbran decirles piropos a las caraqueñas, sobre todo si la fémina en cuestión tiene una figura atractiva y un buen tumbao al caminar. Claro, depende también del entorno social donde se desenvuelve el que lo dice.
Aqui algunos de los más comunes:
Eres la carne mechada que rellena la arepa de mi corazón.
Tanta carne y yo sin dientes.
Estás más buena que comer con los dedos.
Si cocinas como caminas, me como hasta la olla.
Quisiera ser mantequilla para derretirme en tu arepa.
Tantas curvas y yo sin freno.
Si así llueve, que no escampe.
Mi amor, estás como una casita del Inavi: chiquita pero con todas sus comodidades.
Allá van las tres Marías, la que voltee es la mía.
Adiós amor mío, corazón de otro.
Contigo aguanto hasta a la suegra.
Suegra, vaya con Dios, y yo, con su hija.
Mami, no muevas tanto la cuna que despiertas al niño.
Estás como me lo recetó el médico en polvos y fricciones.
Flaca dame un hueso para hacer un llavero.
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