A pocos metros de la 2da avenida de Los Palos Grandes, se encontraba la entrada principal del parque. Bajo una pequeña pérgola blanca sostenida por columnas tubulares negras estaba la taquilla, donde se ingresaba luego de comprar un rollo de tikets para disfrutar de los aparatos de entretenimiento.
La gran atracción era el “Loco Ratón”, una especie de montaña rusa que, a pesar del vacío que provocaban en el estómago, era muy divertido.
Luego estaba la enorme rueda de la fortuna, para aprovechar de ver desde la altura a una parte bonita de la ciudad; el Túnel Fantasma donde un trencito lento se metía en una oscuridad llena de ruidos y asustaban con chorros de aire, monstruos mecánicos y esqueletos que aparecían de sopetón.
Los mayores preferían al “Ciclón”, una tortura amarilla que giraba como a mil por hora y la gente de pie quedaba pegada a la pared exterior sin poder mover ni una mano. Para la época, una experiencia extrema.
Aquel Coney Island de Los Palos Grandes quedaba justamente donde antiguamente estuvo el Cine Canaima, el Pin 5 y la famosa discoteca ”The Silber Ball”. Ahora está allí el edificio Canaima donde está Movistar. El Parque duró hasta entrada la década de los 60, muchos de nosotros lo recordamos con nostalgia
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