Como parte de la gira que estaba realizando, Gardel estuvo en Venezuela desde el 25 de abril hasta el 23 de mayo de 1935, por lo que se puede afirmar que el Cantor pasó en este país el penúltimo mes de su vida.
El jueves 25 de abril de 1935 Gardel llega al Puerto de la Guaira, procedente de Puerto Rico, en la motonave “Lara”.
Era un jueves inolvidable para millares de venezolanos. Una multitud, calculada en varios miles, esperaba en los muelles desde las 9 de la mañana a “El Divino Carlos” como lo había bautizado la prensa desde días antes.
A las once y siete minutos bajó Gardel del vapor “Lara” Fue recibido por Luis Plácido Pisarello. Don Luis Plácido Pisarello, ciudadanos argentinos, con muchos años radicado en Venezuela quienes fueron los gestores de la visita de Gardel a Venezuela.
Una limousine estaba preparada para trasladar al ilustre visitante y en ella partió junto a sus guitarristas. Tanto fue el desborde popular que Gardel debió refugiarse en la fábrica de vidrios de Maiquetía. Allí bebió un refrigerio, calmando la sed impuesta por el calor reinante. Acompañado de sus guitarristas: Riverol, Barbieri y Aguilar, así como también de Le Pera, y tras sortear las dificultades que produjo el hacinamiento ocasionado por la multitud de admiradores, los viajeros lograron ser trasladados al hotel “Miramar” en Macuto.
Ahí es recibido por un grupo de más de cien mujeres, ante la sorpresa de los organizadores, ya que el almuerzo típico en el Hotel no había sido anunciado públicamente, para dar a los viajeros unas dos o tres horas de descanso. Gardel soporta empujones y pellizcos de las damas hasta que es puesto a resguardo y llevado a la terraza del hotel donde están los representantes de la prensa. Además de Pisarello, estuvieron en el almuerzo Edgar J. Anzola director de la emisora de Radio Broadcasting Caracas y Eloy Pérez Alfonso, excelso narrador de carreras de caballos y quienes fungieron de anfitriones del artista durante su estadía en Venezuela.
Desde el Hotel “Miramar” Gardel y su comitiva se dirigieron hasta la estación de trenes de La Guaira –ubicada frente a la Aduana-, donde la comitiva emprendió viaje en tren, conducido por el señor Francisco Delgado Martínez, y soportando un caluroso trayecto de dos horas -de 1:30 a 3:30 p.m- hasta Caracas, por más que a Gardel como es obvio le asignaran un vagón especial para el viaje.
El señor Martínez contó en una oportunidad que Gardel ese día vestía “traje gris, bufanda liviana de colores y sombrero claro de fieltro”. También recordó que el Cantor se asomó varias veces a la ventanilla del tren, admirando el paisaje y retribuyendo el entusiasta saludo del público.
En Caracas, al arribar a la estación Caño Amarillo en Caracas, el tren fue literalmente invadido por admiradores impacientes y Gardel debió ser resguardado por sus acompañantes. La Banda de Música “Ayacucho Nº 1” interpretaba pasodobles y valses criollos.
El recibimiento fue apoteósico. El gentío que se había agolpado en la estación del ferrocarril, estaba dispuesto a cualquier cosa con tal de ver a Carlos Gardel. En un momento dado fue tal la presión del público, que los instrumentos de la Banda volaron por los aires, rodando decenas de personas por el suelo y resultando muchos con magulladuras y lesiones.
Las plantas del jardín de la estación ferroviaria fueron pisoteadas. Debió intervenir la policía y en los forcejeos, y así, en medio de ese gran tumulto, los viajeros lograron refugiarse en los automóviles que les aguardaban, y partieron hacia el Hotel “Majestic”.
El trayecto, que no llega a mil metros no se pudo terminar en carro, el cual fue averiado por el público. Gardel bajó del mismo y llegó al Hotel caminando y a ratos en andas, sobre los hombros del público, durante varias cuadras.
Al día siguiente, 26 de abril, es la fecha indicada para la primera actuación con gran promoción de la prensa escrita y radial en el Teatro Principal, aún en pie en una de las esquinas de la Plaza Bolívar. Allí se presenta con todo éxito a lo largo de ocho actuaciones.
Ese día, llovía a cántaros sobre Caracas, pero ello no constituyó ningún obstáculo para los apasionados admiradores. A las 9:15 de la noche se produjo el debut.
El primer tema que cantó Gardel la noche del 26 de abril fue “Cobardía” de Charlo y Amadori. Luego del tema inaugural interpretó: “Carnaval”, “El Carretero”, “Insomnio”, “Tomo y Obligo”, “Por una cabeza” y “Mi Buenos Aires querido”. Pero más tarde, ante la insistencia y los aplausos interpretó varios otros temas.
El cambió de clima afectó la garganta de Gardel y debió suspender sus actuaciones para ser atendido en la “Policlínica Caracas” por el doctor Pedro González Vera.
La reaparición se produce el domingo 5 de mayo, cuando realiza una magistral interpretación de “Mano a Mano” con el consecuente éxito de proporciones gigantescas.
La última función en el Principal la realizó el jueves 9 de mayo, costando la galería un Real (0,50). Esta rebaja de precio fue solicitada por el propio Gardel para que la gente de escasos recursos también pudiera verlo en escena.
Las ocho actuaciones en el Teatro Principal se realizaron con la boletería totalmente agotada, para un aproximado de 14.500 personas que vieron a Gardel durante sus actuaciones en ese recinto.
El lunes 13 de mayo, realizó una función en el Teatro Rialto, también frente a la Plaza Bolívar, en la misma calle del “Principal”. Desde las tres de la tarde el público hizo interminables colas para entrar a las dos funciones que el Zorzal brindó ese día.
El martes 14 de mayo, se presentó de nuevo en el Teatro Rialto con idéntico éxito, en lo que significó su última actuación pública en Caracas.
El miércoles 15 asistió a una audición en la emisora de radio Broadcasting Caracas y cantó un programa escogido por el público oyente.
El jueves 16, cantó en el Teatro Lamas de La Guaira. Es la localidad donde está ubicado el puerto.
El viernes 17 de mayo, Gardel debutó en el Teatro Municipal de Valencia, sumando más éxitos a su itinerario.
Estando en esta ciudad, recibe una invitación del Presidente de la República, General Juan Vicente Gómez, para que vaya a cantar en su presencia, en la ciudad de Maracay. Allí el Presidente, tenía fijada su residencia en la zona de “Las Delicias”. Era una amplia casona colonial, rodeada de frondosa vegetación, que aún, pese al tiempo transcurrido se mantiene en pie y es llamada “La Macarena”.
Gardel acudió a la invitación, acompañado por sus tres guitarristas. Lucía vestimenta gauchesca e interpretó siete temas, entre los cuales intercaló “Pobre gallo bataraz”, estilo que logró conmover al viejo caudillo, aficionado a las riñas de gallos.
Cumplido el compromiso con el general Gómez, Gardel y su comitiva se trasladan a Maracaibo, en el Estado Zulia, contratado por la empresa “Metro”. Llega allá a bordo del vapor “Libertador” y es recibido con bombas pirotécnicas, sirenas de barcos, bocinas de automóviles y centenares de admiradores. El sábado 18 se produce el debut, con la boletería totalmente vendida.
El lunes 20 de mayo, Gardel va a Cabimas, epicentro de la producción petrolera nacional. Allí es contratado por el Circo Internacional Passini y Cía. Con precios que van desde Butaca por 7 bolívares, a Platea por 3 bolívares, Gardel agota la boletería una vez más. Y canta fuera de programa numerosas canciones.
Entonces, tomando en consideración que el clima de Caracas lo había afectado y por lo tanto el fuerte calor del Zulia podía provocarle una recaída, decide dar por terminadas sus actuaciones.
Gardel y sus acompañantes salen de la ciudad en la noche. Retornan a Maracaibo y el 22 ofrece dos audiciones en el Teatro Baralt como despedida del pueblo Venezolano.
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