jueves, 29 de junio de 2017

"Mercados de Caracas"



Plaza Mayor

En la colonia la Plaza Mayor (hoy Plaza Bolívar) era el centro comercial de la época y coincidía con el centro geográfico de la ciudad pues estaba en todo en medio del cuadrilátero histórico. La ciudad se iba construyendo de acuerdo a los criterios españoles y estos a la vez estaban muy influenciados por los árabes. Los musulmanes, comerciantes por naturaleza, ponían el mercado, en la parte más principal de la ciudad, la de más fácil acceso, y otro tanto hicieron los peninsulares.



En la Plaza Mayor se vendían frutos de la tierra, animales y esclavos. Los pescadores se ubicaban al sur, frente al Palacio Episcopal. Pero no sólo era centro comercial sino también de recreación e incluso de ejecución. Allí se hacían corridas de toros los días de Santiago Apóstol, patrono de la ciudad, o sea los 25 de julio, y se instalaban tarimas para celebrar la proclamación de Autoridades.


También se alzaban los cadalsos y la picota para los condenados a pública vergüenza. Más tarde, otras plazas y sitios de la ciudad comparten con la Mayor, este fúnebre destino”, La picota era una columna de piedra, más o menos ornamentada, sobre las que se exponían los reos y las cabezas o cuerpos de los ajusticiados por la autoridad civil. Ejecuciones y escarmientos eran espectáculos públicos.

San Jacinto


Antes de ser plaza y mercado, fue un convento de frailes dominicos, exactamente hasta la mañana del 26 de junio de 1809, poco después de la llegada del nuevo Capitán General don Vicente Emparan, cuando la silenciosa plazuela se ve invadida por gente del mercado, que comienza a instalar sus puestos de venta.


En efecto, el Ayuntamiento, en vista «de haberse aumentado especialmente este pueblo en sus habitantes», y de ser ya insuficiente la Plaza Mayor, había resuelto habilitar para la venta de comestibles las de Altagracia, San Pablo y San Jacinto. La excesiva concurrencia impedía el buen orden en el expendio de abastos y la mejor limpieza y aseo de la Plaza y conservación de la salud pública.


A la de San Jacinto iría el mercado de frutas, pan y dulces. La venta de estos rubros en zaguanes y en la portería de Las Monjas Concepciones estaba prohibida desde los días del gobernador Manuel de Guevara Vasconcelos, a finales del siglo 18. Por cierto, este administrador colonial fue quien mandó acuñar las primeras monedas que circularon en el país. Murió ejerciendo el cargo en 1807.


Los frailes dominicos apenas podían contener su indignación. Los señores del Ayuntamiento ni siquiera se habían dignado prevenirles, no obstante ser la plaza propiedad del convento. Los divinos oficios se verán interrumpidos por el vocerío de la plaza, donde la aglomeración de personas de ambos sexos y la confusión de bestias y carruajes ofrecerán un espectáculo desagradable y aun pecaminoso pues no habrá, como en la plaza Mayor, cuerpo de guardia que contenga sus desórdenes.


Con el tiempo, el convento se extinguió. El edificio sirvió de sede de la municipalidad, fue cárcel y la plaza siguió siendo mercado, aunque modernizado en 1896, según proyecto del ingeniero Juan Hurtado Manrique. 




Hubo también en esa plaza un reloj de sol y una estatua de Antonio Leocadio Guzmán. Hacia 1953, o sea hace sesenta años, el mercado dejó de funcionar. Mercado y convento, todo fue destruido siguiendo la tradición demoledora caraqueña. Sólo se salvó el reloj de sol, al lado del cual hoy se erige un feo monumento rojinegro en forma de misil que apunta al espacio (Y sabe Dios para que sirve eso).


Quinta Crespo y Guaicaipuro


Durante su mandato (1953-58), el general Marcos Pérez Jiménez se empeñó en construir diversos mercados en la ciudad. Entre ellos, los más populares son Quinta Crespo y Guaicaipuro ubicados el primero al final de la avenida Baralt y en Maripérez el segundo.



Quinta Crespo fue el primer mercado libre en ser creado al desaparecer el de San Jacinto. El terreno había sido donado por Joaquín Crespo (presidente de Venezuela entre 1884 y 1886) y su construcción la inició el gobierno de Eleazar López Contreras, aunque le correspondió inaugurarlo a Marcos Pérez Jiménez el 8 de junio de 1951.




El de Guaicaipuro, fue fundado en 1953, el ambiente original se ha perdido un poco, sin embargo aún conserva en su fachada las cornucopias símbolo de abundancia. Entre las anécdotas figuran incluso la visita de un primer mandatario: el vicealmirante Wolfgang Larrazábal, quien fuera presidente de la Junta de Gobierno de Venezuela en 1958. 


El nivel superior está consagrado a la comida, en el nivel inferior quedan los puestos de verduras, flores y enlatados. 



Pérez Jiménez también inauguró los mercados de La Pastora, Pérez Bonalde, Prado de María, San Martín, Punta de Mulatos, Maiquetía y Almacén Central de Coche

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