El 17 de enero de 1916, bajo la presidencia del general Juan Vicente Gómez, el Concejo Municipal del Distrito Federal aprueba un contrato celebrado entre Juan Crisóstomo Gómez (entonces gobernador del Distrito Federal y hermano del Presidente) y el general Eduardo G. Mancera, mediante el cual este último se compromete a construir un circo o plaza de toros para sustituir el antiguo Circo Metropolitano, aprovechando el espacio que ocupaba el antiguo matadero municipal. Mancera constituye la Compañía Anónima Nuevo Circo de Caracas, empresa a la que traspasa los derechos y obligaciones contraídos por él. La compañía inicia formalmente las obras en septiembre de ese año, encargado su diseño y construcción a los arquitectos Alejandro Chataing y Luis Muñoz Tébar.
Contando con un aforo para doce mil espectadores, la nueva plaza de toros es construida en estilo neo-morisco, utilizando la técnica del concreto armado, que para esa época era experimantal en Venezuela, siendo abierta al público el domingo 26 de enero de 1919.
El día de su apertura los más importantes diarios de la época, El Universal, La Religión y El Nuevo Diario, dedicaron su primera página a este gran acontecimiento que cambió el estilo de vida de los caraqueños.
Dos toreros de Bilbao, España, Serafín Vigiola "Torquito" y Alejandro Sáez "Alé", estrenaron en horas de la mañana el ruedo con ganado criollo perteneciente al General Juan Vicente Gómez. Por la noche se dio la inauguración de la temporada cinematográfica, con la película El Conde de Montecristo, a proyectarse en una enorme sala con pantalla grande e iluminación eléctrica.
En el contrato firmado entre el gobernador Gómez y Mancera se estipulaba el usufructo del edificio por parte del contratista durante un período de treinta años, al final del cual pasaría a ser del completo dominio de la Municipalidad de Caracas.
En noviembre de 1927 la compañía anónima creada por Mancera vende la construcción al coronel Gonzalo Gómez, otro de los hijos del Presidente, quien dos años más tarde, en 1929, también logra adquirir el terreno de la Municipalidad de Caracas, convirtiéndose en el único dueño del inmueble. En los años 1928 y 1944 el edificio es objeto de importantes reformas. En 1940, Gonzalo Gómez vende el Nuevo Circo de Caracas a Luis R. Branger, conocido empresario taurino de la época.
Tras la muerte del presidente Gómez se inicia la apertura a la participación política en el país. A mediados de 1937 en el ruedo del Nuevo Circo se practica el conteo de votos de una de las primeras elecciones populares realizada en Venezuela: la de los concejales de la Municipalidad de Caracas. Por su capacidad, en la década de 1940 el edificio se convierte en tribuna para los líderes de las emergentes fuerzas políticas. En 1948, con motivo de la toma de posesión del presidente Rómulo Gallegos, la Dirección de Cultura del Ministerio de Educación Nacional organiza la llamada "Fiesta de la Tradición", evento dirigido por Juan Liscano y Abel Vallmitana que se lleva a efecto en el Nuevo Circo, en el cual se presentaron, juntas por primera vez, manifestaciones folklóricas de todo el país.
Durante muchos años el Nuevo Circo de Caracas fue el principal centro de espectáculos de la capital venezolana, llegando a funcionar simuláneamente como teatro y cinematógrafo, y dando cabida a la práctica del boxeo y la lucha libre. No obstante, con los años fue cayendo en desuso y su deterioro fue progresivo. Con la inauguración del Poliedro de Caracas en 1974 fue desplazado como lugar privilegiado de espectáculos, siendo cerrado definitivamente por sus dueños en 1997. El 8 de octubre de 1984 la Junta Nacional Protectora y Conservadora del Patrimonio Histórico y Artístico de la Nación declara Monumento Histórico Nacional al edificio, acción que fue apelada por sus dueños el año siguiente, dejando la medida sin validez.
Instituto del Patrimonio Cultural lo declara "Bien de Interés Cultural".
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